lunes, 3 de octubre de 2016

Borges habla de sus cuentos


       Este diálogo con el maestro Borges, corresponde a una extensa entrevista que realicé hace años, en una de sus visitas a Montevideo. Muchas de ellas figuran en mi libro “Conversación con las catedrales: encuentros con Vargas Llosa y Borges” (publicado en España por Editorial Funambulista).
           En esta oportunidad, si bien hablamos de nuestro país (al que mucho quería y llamaba la Banda Oriental), de escritores uruguayos y variados temas, he escogido un solo tema, por lo que siguen mis preguntas y sus respuestas sobre sus cuentos y sus libros.
            Se me ocurrió ilustrar el diálogo con esta foto de ese día.
           
           --Hablemos de sus cuentos. ¿Qué es un cuento? ¿Cómo lo define?
          --Lo fundamental de un cuento es contar algo y hacerlo de modo claro. Algunas amigas me leen cuentos que se pasan describiendo muebles o crepúsculos y se olvidan de lo demás. Si tiene personajes, eso debe explicarse enseguida, porque el lector quiere saber qué pasa con ellos… No se explica lo elemental en un cuento. Si un personaje aparece hay que explicarlo enseguida. En el cuento lo fundamental es el cuento… Yo empecé escribiendo de un modo muy barroco, muy vanidoso, pero ya no estoy de acuerdo con eso. Creo que en mis últimos cuentos hay cierta sencillez, cierta deliberada pobreza de vocabulario, que es beneficiosa.
            --¿Cómo comienza un cuento?
         --Empiezo un cuento con una frase casual y esa frase ya tiene un futuro, un pasado…
            --¿Cuántas veces los dicta?
          --No muchas. Porque cuando lo dicto por primera vez, en realidad es el cuarto borrador que he hecho en la cabeza, en la imaginación. Después, es sólo corregir detalles, buscar la sencillez, la economía.
            --¿Los libros? Pasemos a ese vasto mundo…
          --Mi idea es que hay libros que han sido escritos para unos y otros que fueron escritos para otros. Leer debe ser un acto de felicidad, no un acto de agobio, ¿no? Se lee para el placer... Lo que importa es la literatura, no la cronología de las obras. Y quizá, más que una obra, importa cada página, y más que cada página, cada línea.
            --¿Y sus libros, maestro? Tenemos sus “Obras Completas”…
           -- Me da vergüenza. Pero si me ha sido dado dejar alguna fábula en la memoria de los hombres, dejar algún verso que sea parte del idioma castellano, me sentiré muy feliz.